Una iniciativa del Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Sevilla ha llevado a un grupo de sesenta y ocho peregrinos de distintos puntos de Andalucía y del territorio nacional a completar una de las rutas más reivindicativas y bonitas que el Camino de Santiago presenta: El Camino Portugués.
La travesía constó de cinco etapas, cargadas de mucho sudor y esfuerzo en rutas que promediaban los veinte kilómetros de distancia pero que se vieron compensadas por la alegría constante de todos los participantes. El recorrido les permitió disfrutar del embaucador paisaje litoral y montañoso que la costa gallega ofrece, pasando por algunas de sus localidades más emblemáticas como A Guarda, Oia, Baiona, Redondela, Vilaboa, Caldas de Reis, Padrón, y finalmente Santiago; donde el grupo fue recibido por una ronda incesable de aplausos y vitoreos por parte de cientos de peregrinos presentes nada más entrar en la Plaza del Obradoiro.
Si bien no es la primera actividad que el Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Sevilla realiza, tras la exitosa peregrinación del pasado año 2023 a través de la Ruta de la Plata en el conocido Camino Sanabrés; la presente edición con un grupo considerablemente más amplio cuya diversidad en cuanto a edades se hizo destacar. Jóvenes, adultos y personas de la tercera edad han compartido un mismo camino repleto de experiencias que han aportado a la peregrinación un carácter más inclusivo, cercano y comunitario. Han demostrado que el espíritu de superación, la conexión con la naturaleza y la fe, y el disfrute en compañía son valores universales que traspasan barreras generacionales.
Muchos de los participantes jóvenes que se han unido por primera vez a esta experiencia única que supone la peregrinación, atraídos por el reto físico como por la tradición y lo que representa, fueron aconsejados y acompañados por aquellos con más experiencia, tras completar el reto el año anterior; aportando consejos sobre cómo afrontar los momentos más exigentes que cada ruta podía presentar.
Todos los peregrinos contaron también con actividades diarias lideradas por los organizadores del Camino, entre ellos la vocal de nuestra Junta Helena Ruiz, además de garantizar en todo momento la comodidad y seguridad de cada uno.
Durante este tiempo, el apoyo mutuo ha sido la clave. Compartieron no solo el esfuerzo físico, también el emocional, abriendo sus corazones a la amistad y a la comprensión. En el camino, cada uno de ellos ha encontrado en los demás un respaldo para afrontar situaciones personales que todos llevan consigo. Algunas ligeras, otras más pesadas. Así, personas unidas por la fe lograron sumar momentos que los acompañarán para siempre. Más allá del destino, lo que valoran de esta peregrinación es la conexión humana que formaron. El descubrimiento de que, juntos, los desafíos se vuelven llevaderos, las metas alcanzables y los recuerdos eternos. Lazos profundos que perdurarán. Un viaje que, sin duda, jamás olvidarán. Y que quizás se pueda repetir en un futuro no muy lejano.